Hay una muerte que me persigue en cada intento
una pequeña muerte que se pinta la cara de blanco
y se ríe / la luz a veces apesta
y cualquier dirección acaba en un círculo
[esta circunferencia borracha de la que nadie quiere saber nada]
la pequeña muerte se ríe de mí porque
siempre me estampo porque dudar
de mí misma es la orquesta nefasta que me abriga
un coro de voces secas / melodía de cuervos sin césped
una ola de sal sobre el terreno limpio.
el amor es transparente sobre las tumbas
y es por eso que siempre hay flores junto a los cuerpos mudos.
la palabra es tu mano enferma retirando la mía
tiembla mientras sangra el verbo / este impulso sumiso ante la ferocidad callada de tu gesto
y así la pequeña muerte se desvela margarita / estaca en mi vientre moreno
salado todavía de tanto vivir lejos de cualquier hogar
se pinta el rostro de blancoy me grita matando al tigre que habita en mi silencio
porque la montaña se reserva los inviernos
para cuando no haya nadie más
con quien vivirlos
recuerda
que todo es rojo en el desierto
y que la sangre es el único lenguaje
del que ha querido